Nuestra fotografía en el día de la graduación en 1999. |
Por: Iván Escobar
Las
últimas dos semanas del mes de septiembre han sido intensas. Correos, mensaje,
llamadas telefónicas, anuncios, declaraciones, recolectas, campañas, avisos. Momentos
de alegría, momentos duros, de incertidumbre, preocupación y sobre todo mucha
fe puesta en el creador.
La
última semana de agosto las acciones se organizaron ante el diagnostico que
recibió mi amigo Santiago Leiva. Desde 1997- 1998 Santiago ha iniciado una de las
más duras batallas, contra un pequeño tumor en su rostro.
En
estos años enfrentó no menos de cuatro intervenciones quirúrgicas. La primera
de ellas bien la recuerdo, cuando le fui a ver un día después al Hospital Rosales,
me impactó mucho verle, totalmente maltratado el lado derecho de su rostro.
En
esa oportunidad nos comentó que era normal. Eso habían dicho los médicos y que
pronto mejoraría, además estaba joven.
Sin
duda así fue. Paso una simple operación y con los meses seguimos haciendo lo
que más nos gustaba, periodismos en uno de los medios más antiguos de este
país, el Co Latino, nuestra escuela profesional y de la cual aprendimos uno de
los grandes valores: la solidaridad.
Desde
ese momento Santiago. En ese entonces, un joven fuerte y soltero salió adelante
y trabajó duro por ayudar a su familia, su madre en particular.
Con
el correr del tiempo aquella operación era necesaria volverla a realizar. En el
mismo lado de su rostro volvía a crecer una pequeña bolita que al más corto tiempo
incomodo a Santiago. Asustado busco asistencia nuevamente. En el país se vivía
la mayor crisis en el sector salud, el Gobierno del entonces Presidente
Francisco Flores impulsaba la privatización en el sector y los principales sindicatos
de profesionales así como trabajadores de la salud, emprendieron la mayor
batalla, para evitarla.
En
este contexto, Santiago vuelve al quirófano al igual que otras cuatro veces
más. Se extirpaba el pequeño tumor. Y con el tiempo volvía más violento.
La
última operación que enfrentó lo llevó a su mayor preocupación, perder la
batalla. Ahora casado y con un hijo, la lucha se hacía más difícil. Sin embargo
el apoyo incondicional de su familia estuvo presente, así como un pequeño grupo
de amigos que le apoyamos, y bajo nuestras limitadas posibilidades le alentábamos
a seguir adelante, recomendando, apoyando y escuchándolo.
Hace
menos de un mes, Patricia Meza me llamó por teléfono para decirme que Santiago
estaba preocupado. Ya que en el Seguro le habían informado que el tumor estaba
creciendo de nuevo y de forma agresiva invadía su rostro por lo que era urgente
una operación “radical”, no detallare porque ya es conocido el tema.
Ese
día, Santiago sintió que perdía la vida. No era para menos. Las alternativas no
eran muchas y todas eran en contra. Pensaba en sus hijos, su esposa, su
familia, su trabajo, etc.
En
esos momentos, nuestras mentes no
pensaron más que en encontrar una segunda opinión. Y siempre bajo
nuestras limitantes escuchamos infinidad de voces y opiniones.
Luego
nos sentamos y decidimos que era necesario abrir una cuenta para recolectar
fondos que permitiera que Santiago fuera atendido por médicos privados y si era
posible ser intervenido en el extranjero.
Todo
corrió tan rápido. Y las muestras de expresión no tardaron. Partidos benéficos,
artistas apoyando, jugadores nacionales, reconocidos periodistas y
presentadores de todos los medios se sumaron a la causa. Comunicadores institucionales,
periodistas de medios de comunicaciones de todo nivel corrimos a las calles con
alcancías en mano recolectamos lo que se podía, entre otras actividades.
Alguien
dijo en todo este proceso, Santiago ha hecho lo que nadie había podido hacer en
este país, unificar a los periodistas. Cierto. Y Patricia Meza lo dijo esta
semana, en su cuenta de facebook, Santiago nos ha demostrado su valentía y
coraje. Ya que Santiago se decidió someterse a la operación.
Recuerdo
cuando iniciamos nuestros estudios de periodismo con Santiago en la UTEC. Desde
el primer ciclo nos hicimos amigos, y compartimos infinidad de cosas. Siempre nos
gustaba analizar la coyuntura, y no perdimos el tiempo cuando el Lic. Francisco
Valencia, nos invitó un día a las instalaciones del Co Latino.
Así
llegamos a los medios de comunicación. Practicando, luego haciendo horas
sociales y por último laborando para el Decano del Periodismo Nacional. Un orgullo
para él y para mi sin duda. Muchos nos decían: y ustedes que tanto hacen en el
Co Latino, si ni pagan bien. Cierto, la paga era mínima, pero la escuela era
inmensa y sobre todo conocimos como ya lo dije el valor de la solidaridad.
Mientras
escribo estas líneas en mi mente salen todas esas imágenes de alegría, tristeza,
enojo, frustración, emoción que vivimos durante las coberturas de innumerables
situaciones y hechos.
La
primera cobertura para un reportaje del Co Latino, la hicimos con Santiago. Era
un tema del suicidio. Sin mucha experiencia nos introducimos en el mundo
fascinante del periodismo, experiencias que no olvidamos y hoy en día nos
permitieron avanzar por otras rutas.
En
los últimos años Santiago se especializó en el periodismo deportivo y yo en el
político. Pero nuestra amistad se fortaleció.
Esta
semana que concluimos ha sido dura. Santiago optó por la vida como también dijo
Patricia. Decidió operarse en el Seguro Social, ante la falta de otra
alternativa para su cura.
Hoy
está vivo. Está entre nosotros con una fuerza delegada por Dios. La prueba es
dura, pero sé que Santiago así como ha salido adelante en sus pruebas en los
últimos años, laborando y sacando adelante a su familia lo conseguirá.
Sabemos
que no será fácil. Santiago hoy necesita las manos amigas que han salido. De mi
parte, te digo amigo, hermano y colega seguiré apoyándote en lo posible y para
que juntos volvamos a reflexionar sobre este país, sobre lo que pasa y sobre
todo ver crecer a nuestros hijos que sin duda ya heredaron lo mejor: la
solidaridad hacia los demás.
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