Foto: Alanah Torralba / EFE
Periodistas filipinos maniatados, que cubrían el motín militar, son detenidos por la policía tras el asalto al Hotel Península.
Se les ha incautado el material fotográfico y los vídeos.
La Policía dice que serán liberados en cuanto se les identifique.
El Gobierno filipino ha decretado el toque de queda nocturno.
Cerca de medio centenar de periodistas filipinos han sido detenidos mientras informaban del motín llevado a cabo por el grupo de militares que se atrincheró en un hotel de Makati, el centro financiero de Manila, para exigir la dimisión de la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo. Los periodistas, la mayoría de ellos fotógrafos y miembros de equipos de televisión, han sido conducidos al cuartel militar de Bagong Diwa, en Manila, donde la Policía está procediendo a la identificación de los detenidos. "Los vamos a identificar y cuando terminemos, los pondremos en libertad", declaró a la prensa el director general de la Policía, Avelino Razón.
En el hotel PenínsulaEl jefe de la Policía señaló que los periodistas fueron detenidos por las fuerzas de seguridad al cumplir la orden de arrestar a todas cuantas personas se encontraran en el hotel Península, para evitar que algunos de los soldados renegados escaparan haciéndose pasar por periodistas. Razón explicó que algunos de los soldados del grupo amotinado y encabezado por el general Danilo Lin, y el senador y oficial del Ejército, Antonio Trillanes, sortearon el cordón de seguridad tras mostrar falsos carnés de periodista.
Los policías han intervenido el material fotográfico y los vídeos de los periodistas
Tras el asalto al hotel, las fuerzas de seguridad incautaron el material fotográfico y los vídeos con imágenes de lo ocurrido en el interior del hotel, denunciaron decenas de periodistas. Después de casi siete horas de desafío, el grupo de renegados encabezado por el senador y ex oficial del Ejército, Antonio Trillanes, y el general Danilo Lim, se rindió a las tropas que irrumpieron el lujoso establecimiento hotelero.
Trillanes y Lim, sometidos a juicio por su implicación en el motín que tuvo lugar en 2003 y en el que participaron cerca de 300 oficiales, salieron esposados del hotel Península, del que sus huéspedes fueron desalojados apenas dos horas antes. Tras poner fin al motín, el ministro filipino del Interior, Ronaldo Puno, anunció que había sido impuesto el toque de queda desde la medianoche hasta las 05:00 hora local, en Manila y en las provincias circundantes a la capital filipina.
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