Para muchos la Navidad se traduce en regalos, regalos y más regalos. Abarrotar los centros comerciales, arrasar con todo artículo, comidas, bebidas y juguetes a todo nivel. La fiebre del consumo que nos llevan los comerciantes calienta desde el último trimestre. Los templos del consumismo -centros comerciales- se ven inundados por estas fechas.
El nacimiento del Niño Dios, es un signo de renovación. |
Muchos de seguro en la pasada Noche Buena, se fueron por el vicio tradicional de siempre. Bebidas, comidas y muchos regalos. Es por ello, que desde este espacio intento llevar este mensaje, en el cual reflexionemos en este día de Navidad, de nacimiento del Niño Dios, y en donde es necesario que los valores humanos se difundan en este mundo material, para alcanzar altos niveles de solidaridad para aquellos que lo necesitan. No sólo veamos al necesitado en el vagabundo, en los ebrios, entre otros. Los necesitados muchas veces somos nosotros o los más cercanos que requieren escuchar una palabra para salir de su pobreza de valores. Felíz Navidad!!!
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