6 jun 2010

I CONFERENCIA ELECTRÓNICA SOBRE COMUNICACIÓN SOCIAL Y CULTURA

(Continuamos con los documentos)


Organizan:

Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores (ADPE)

Unión de Trabajadores Cubanos de la Comunicación Social y la Cultura.

Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Comunicación Social (FELATRACS).


Hoy, miércoles, 2 de junio 2010, trataremos el tema LA CULTURA CUBANA.



Tenemos dos (2) documentos.

a) La Cultura y la Comunicación en la Transición, escrito por Siro del Castillo.

b) La Cultura Cubana, que es un documento de Wikipedia.



Los que quieran comentar sobre el primer tema, deben dirigirse directamente al autor, a su correo electrónico:



sirodel@gmail.com



Los que quieran comentar sobre el segundo tema se dirigen directamente a Mario Rivadulla, en el siguiente correo electrónico:



teledebate@hotmail.com

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UN SALUDO ESPECIAL DESDE PERÚ



Compañero José Gómez Cerda, permítame expresar a nombre de la Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Comunicación Social nuestro más sentido reconocimiento por el desarrollo de la Primera Conferencia Electrónica sobre Comunicación Social y Cultura.



Gracias a su iniciativa, que hace ver su sensibilidad de periodista, intelectual de nota y maestro en particular, la FELATRACS, al igual que la Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores y la Unión de Trabajadores Cubanos de la Comunicación Social y Cultura, estamos compartiendo el pan del saber.



La utilización, además, de la Internet como medio de comunicación, nos permite avizorar que la integración de los trabajadores con doctrina humanista se irá fortaleciendo en el tiempo.



Ahora es menester continuar con la Primera Conferencia, abrir nuevos espacios para el desarrollo de la obra humana, como usted lo ha hecho al tratar el tema referido a la cultura dominicana y abrir el debate en la dimensión mayor, que es la de nutrir nuestros conocimientos para razonar con eficacia.

Le saluda, fraternalmente
Roberto Mejía Alarcón ( Perú)

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LA CULTURA CUBANA

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La Cultura y la Comunicación en la Transición.



Por Siro del Castillo



Hablar hoy en día de la Cultura, de la Comunicación y de la Transición en el caso cubano no es fácil.



Quizás la mejor manera de comenzar esta síntesis es tratar de partir de unas definiciones muy básicas, que quisiéramos compartir con ustedes, de manera tal, que podamos adéntranos en el tema, partiendo de unos criterios, que si bien no necesariamente todos vamos a estar de acuerdo con ellas, nos puedan servir de marco de referencia.



De cultura hay múltiples definiciones y casi todas tienen algo de ciertas. En estos momentos existen que sepamos más de 300 definiciones de Cultura. Un médico cubano que vive en la Habana, el Dr. Enrique Beldarrín Chaple, la definía hace algunos años como él:



“Conjunto de valores materiales y espirituales, de logros y de creencias, de conocimientos y capacidades lo bastante estables para originar una identidad distintiva. Este complejo de prácticas mentales y sociales de un grupo o grupos humanos es transmitido a las generaciones sucesivas como “su cultura”. [1]



Sin embargo una definición a partir de criterios estéticos no explica totalmente la realidad, es necesaria una definición socio-antropológica que abarque los rasgos existenciales, las características de pueblos enteros, los modos de vida y producción, los sistemas de valores, las opiniones y creencias. Según el Dr. Beldarrín “Cultura comprende también las esferas sociológicas, económicas, políticas, tecnológicas, científicas y espirituales”.



Utilizando un término muy amplio, la cultura abarca todo lo que el ser humano obtiene como parte de una sociedad, los hábitos y aptitudes que adquiere gracias a la tradición o a la experiencia, así como los objetos materiales. La Cultura se manifiesta en la creación artística, en las comidas, maneras de vestir, en el carácter de las relaciones con la familia y con otros miembros de la sociedad, en una escala de principios y valores, en la educación, en las nociones del bien y del mal, en la arquitectura y la vivienda en la sexualidad, en las esperanzas, en la forma de combatir las enfermedades, en los mitos e ideas religiosas y en su práctica.



Hoy en día más que nunca en la historia de la humanidad, ciertos rasgos de la Cultura producto de los avances científicos-técnicos, son desarrollados, modificados, transferidos o conculcaos por la Comunicación y el acceso o no a la información.



El termino Cultura incluye una cantidad enorme de variables que aparecen en diferentes formas en todas las culturas, que tiene que ver con la persona humana y que corresponden a los que pudiéramos llamar “lo humano”. Muchas de estas se desarrollan a partir de las necesidades propias del ser humano, pero que no quedan limitadas a este, “sino que incluyen su medio ambiente, su interrelación con la naturaleza y con el mundo que lo rodea”, según el Dr. Beldarrín.



Alrededor del término Cultura han aparecido otros términos que indican distintos niveles de fenómeno, pero que están relacionados entre sí y son interactuantes. Como lo son la Subcultura, la Aculturación y la Transculturación, término éste debido a la genialidad del reconocido investigador cubano Don Fernando Ortiz y que incluye términos como Desculturación y Exculturación, que son muy activos en la primera fase del proceso de destrucción de la cultura originaria por parte de elementos dominantes.



Cuando tratamos de hablar de la Cultura cubana esto último está muy relacionado, con el gran número de cubanos, que han sido parte de un éxodo constante de durante los últimos 50 años hacia distintas regiones y países del mundo, y que han sufrido en mayor o menor escala procesos de aculturación y/o de transculturación. Con consecuencias directas sobre la realidad actual nuestra que todos conocemos.



De igual forma algunos estudiosos afirman, que en la Cuba isleña ha existido un proceso que algunos definen como de Neoculturacion, que es la creación y el resultado de una nueva cultura. Típica de todo proceso revolucionario donde tanto las estructuras políticas, económicas y sociales, como también las estructuras mentales, han sufrido cambios en algunos casos radicales.



No nos cabe duda, que este proceso tiene sus impactos cuando entramos a pensar en la Transición que cada día se hace mas necesaria y que todos queremos que ocurra hoy en Cuba.



Quizás sea este el momento de entrarnos a definir que entendemos por Transición y aunque no es nuestro propósito el de encontrar una definición que pudiéramos compartir todos sobre lo que entendemos por transición, pensamos que era necesario el incluir una, aunque fuera bien general, que nos permitiera enmarcar este trabajo.



En este sentido asumimos como la transición: “Como un proceso gradual, pacífico, consciente y deliberado de cambios y transformaciones de un estado a otro de la sociedad, donde sea la persona humana centro y protagonista del proceso de transición.”



Todo proceso de Transición implica un conocimiento de la realidad cultural sobre la que se quiere actuar. Este análisis de la realidad, tan importante para el desarrollo del proceso de transición, no puede ser estático, necesita de una revisión constante y permanente, ya que la experiencia que tenemos en el caso cubano, es el de una realidad en constante movimiento y llena de cambios algunos de ellos imprevistos y/o impredecibles en algunas circunstancias, que en algunos casos crean actores y situaciones nuevas, y que se ven afectados por situaciones externas, ajenas a la voluntad de los cubanos, pero que nos afectan y crean nuevos panoramas.



Lamentablemente en el caso cubano el análisis de esta realidad, es mas publicitado por los trabajos de los politólogos y los economistas, quedando marginados, tanto en el interior como en el exterior de la isla, el aporte de los sociólogos, los antropólogos y todos aquellos que se dedican al estudio de las ciencias sociales. Definiendo estas de manera simple como las ciencias o disciplinas científicas que se ocupan de aspectos del comportamiento y actividades de los seres humanos, examinando tanto las manifestaciones materiales como las inmateriales de las sociedades y las personas.



Como también es lamentable que la creatividad artística cubana y el aporte de los intelectuales y artistas de nuestro país no se consideren en su verdadera dimensión al hacer el análisis de la realidad nuestra y su impacto en un proceso de transición. Para nosotros el arte es de suma importancia ya que consiste en la actividad creativa del ser humano para transformar y combinar materiales, imágenes, sonidos, etc., para transmitir una idea o un sentimiento y producir un efecto estético, o para embellecer ciertos objetos o estructuras funcionales y que influyen determinante mente, marcando cambios significativos en la realidad nacional y nuestra Cultura.



A diario solo escuchamos hablar de la Transición desde el punto de vista político y económico. Según algunos autores la transición social es muchísimo más complicada que las dos anteriores, por cuanto contiene elementos objetivos y subjetivos de mayor y más durable gravitación. Aquí se incluyen entre otros aspectos la violencia política, las lecciones históricas, los derechos humanos, la impunidad y la justicia, el perdón y la reconciliación, donde los aspectos culturales juegan un papel importante. Tenemos que acabar de entender que la transición en lo social no es una transición que tiene fecha definida de inicio ni de término, por lo que no puede estar sujeta al voluntarismo de la élite política. Esta transición no podrá ser concluida como resultado de un pacto político o un decreto gubernamental de punto final. Una transición que ocurre primero en las mentes antes que en la práctica.



El análisis de la realidad cubana también padece del olvido del factor racial. Cabe preguntar si la producción cultural refleja la realidad de la integración social en Cuba o si ella ha fabricado una retórica de una armonía racial “ideal”. Sería interesante analizar hasta qué punto hay límites en la expresión afrocubana, y hasta qué punto se puede hablar de un activismo negro o de estudios académicos sobre el tema negro. ¿Qué manifestaciones se encuentran en la literatura, el cine y el teatro que se refieren a la sociedad afrocubana. ¿Se ha producido o no una negación de la herencia racial a un nivel nacional? ¿Por qué hay tan pocos escritores afrocubanos en el canon literario?



Si a estas preguntas les añadimos el dato que en las tres provincias orientales, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, del 1.2 millones de habitantes el 68% son negros y mulatos y que en la provincia Ciudad Habana en el 2005, de los casi 2.2 millones de habitantes mas del 40% son negros y mulatos. La mayoría son los más afectados por la actual situación en la isla, que en particular son los que menos remesas familiares reciben que los puedan ayudar a subsistir y que las mujeres negras y mulatas son víctimas de una doble discriminación. Pero que sin embargo su papel en la Cultura cubana ha sido y es de una importancia que tenemos que considerar, a la hora de hablar de procesos de cambios y Transición y no podemos marginarlos del análisis de nuestra realidad.



No quisiéramos alargar esta presentación adentrándonos en otros aspectos específicos de la realidad nuestra, que por muy importantes que sean, no son el propósito del tema que me pidieron presentar. Es por eso que preferimos para concluir, asomarnos al tema de la Comunicación y su relación con la Cultura y la Transición. Quisiera comenzar compartiendo con ustedes una intervención de Amaury Pérez Vidal en el VII Congreso de la UNEAC celebrado en el 2008.



“Del 50 al 59 yo sabía en manos de quien estaba la televisión y la radio, era en las de Goar Mestre, porque era el dueño, pero en los últimos años, ¿en manos de quién ha estado la Televisión? porque en las manos del pueblo no ha estado, en las manos del Ministerio de Cultura no ha estado y por lo que escucho, tampoco en las manos de la UNEAC. Esa es mi primera pregunta. (…)

En el año 59, y a solicitud de Fidel, un grupo de compañeros, integrantes de las cédulas del 26 de Julio en la CMQ, entre los que se encontraban Palau, Abraham Maciques, y Amaury Pérez García, intervinieron la televisión y la radio poniendo los medios del lado y al servicio de la Revolución triunfante.


Propongo, hoy, que hagamos una segunda intervención de la radio y la televisión. Muchas gracias. (Ovación)”.



En ese mismo Congreso de la UNEAC, Rafael Hernández, intervino diciendo:



“Cumpliendo el acuerdo de esta mañana en la Comisión de Medios de Difusión, traigo a esta plenaria este primer punto. Los documentos y debates de nuestro Congreso no le han prestado suficiente atención a la significación de Internet para nuestro trabajo en general,

Aunque el documento Cultura y sociedad que estamos discutiendo identifica en nuestra agenda la cuestión de la cultura del debate, no la desarrolla.” (…)



“Si bien hablamos muy a menudo sobre la importancia de sacarle provecho a ese debate, en verdad carecemos de espacios institucionales estables para propiciarlos. Es necesario fomentar una cultura del debate, en primer lugar, en el propio campo intelectual. Este campo no abarca solo la cultura de los escritores y artistas, sino la de los académicos, los científicos y los comunicadores sociales. En este territorio, por lo general, suelen ocurrir más discusiones gremiales y catarsis que un genuino debate sobre problemas fundamentales. Esos problemas de fondo que les preocupan a los intelectuales no se diferencian esencialmente de los que debaten la mayoría de los ciudadanos. No hay que olvidar que esta ya no es la masa de 1960, sino una ciudadanía educada que piensa críticamente con su cabeza. Asumir otra cosa sería subestimarla.”(…)



Estas dos citas son ejemplos de un fenómeno que hemos estado observando desde que el General Raúl Castro asumió la Presidencia del Consejo de Estado y de Ministros en Cuba. Fenómeno que desde nuestro punto de vista bajo el aparente orden que existe, lo que Emmanuel Mounier definiría con el “desorden establecido”, existen junto al desorden establecido nuevos desordenes que tratan de establecerse.



En una intervención nuestra, en el Coloquio que la STC celebrara en el verano del 2008 en esta misma ciudad, afirmamos que en Cuba se habían dado cambios, quizás no hayan sido los cambios que nosotros quisiéramos, quizás no hayan sido los cambios que los cubanos de a pie en la isla quisieran pero en definitiva los cambios se han dado. En esa oportunidad reconocíamos que con la concentración de los análisis y los enfoques sobre los cambios materiales que se habían dado, se había dejado de analizar y de darle la prioridad que se merecen a los cambios en las estructuras mentales de la población que se venían dando desde hace tiempo. Cambios mentales que afirmamos que eran irreversibles en su mayoría y que afectaban a la Cuba de hoy y que podían afectar de manera importante a la Cuba de mañana.



Hoy en día, pese a que el gobierno sigue manteniendo las riendas del control y ejerce según les convenga acciones represivas, selectivas y coyunturales, existe en la población una perdida al miedo, sobre lo que hablan y sobre lo que critican públicamente en relación con la situación actual del país. Sobre todo en los aspectos de la vida cotidiana que los afecta. Un factor que ha tenido cierta influencia en este sentido es los cambios que se han venido dando en la manera de publicar los problemas existentes en los medios de comunicación y la apertura a que los lectores, por lo menos en el periódico oficial del Partido Comunista de Cuba, puedan publicar sus opiniones.



De igual importancia han sido el acceso al Internet, que aunque limitado y a veces controlado ha aumentado, o el acceso ilegal vía antenas a canales de televisión en los Estados Unidos, particularmente las estaciones hispanas de Miami. Estas formas de Comunicación les han permitido no solamente expresarse y/o comunicarse con sus familiares y amigos vía Internet, sino acceso a información no controlada por las autoridades. De igual forma la autorización al uso de teléfonos celulares ha permitido un nuevo modo de comunicarse a personas para las cuales el teléfono no estaba a su alcance.



Estos cambios, juegan un papel importante en la búsqueda de una Transición, como también afectan positivamente en algunos casos y muy negativamente en otros, el proceso de Neoculturacion, del que hablamos anteriormente. De igual forma, del otro lado del Estrecho de la Florida, también se han dado cambios en las estructuras mentales de los cubanos en la diáspora, solo tenemos que ver todo lo que aconteció alrededor del reciente Concierto de Juanés por mencionar algo, y vemos también como en otros aspectos se acentúa el proceso de Transculturación, con las consecuencias negativas que esto implica.



Ante esta simplificada vista a vuelo de pájaro del panorama de la Cultura y la Comunicación en la Transición, estamos seguros que los trabajadores del Arte y la Cultura tenemos un papel importante que jugar, que faciliten los cambios y la Transición que todos queremos.



Siro del Castillo

Solidaridad de Trabajadores Cubanos (STC)

Unión de Trabajadores Cubanos de la Comunicación Social y la Cultura.



sirodel@gmail.com



I CONFERENCIA ELECTRÓNICA SOBRE COMUNICACIÓN SOCIAL Y CULTURA

Organizan:

Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores (ADPE)

Unión de Trabajadores Cubanos de la Comunicación Social y la Cultura.

Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Comunicación Social (FELATRACS).

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Miercoles, 2 de junio 2009



Cultura de Cuba


La cultura de Cuba es una mixtura así como la mayoría de las culturas latinoamericanas. Cuba es un punto de encuentro entre culturas europeas, africanas y norteamericanas. Desde 1959 (cuando empezó la revolución cubana) la cultura cubana ha cambiado en muchos aspectos. La mayoría de la cultura cubana, especialmente la música cubana, es reconocida por todo el mundo.



Música



La música cubana, es parecida a varios estilos musicales latinoamericanos, o sea con el México para bajo, como la salsa. El principal estilo musical cubano es el Son.



Cuba ha sido influenciada por el desarrollo de múltiples estilos musicales tanto del siglo XIX como del siglo XX. Las raíces de la música cubana se encuentran en los Cabildos, los cuales eran una forma de club social entre los esclavos africanos traídos a la isla. Los Cabildos se formaron a partir de los Igbos, Araras, bantú, Carabalies, Yorubas, y otras tribus.



Los Cabildos preservaron las tradiciones culturales de África, incluso después de la Emancipación en 1886 se vieron obligados a unirse con la Iglesia Católica Romana para la preservación de su cultura. Al mismo tiempo, una religión llamada Santería se estaba desarrollando y muy pronto se extendió por Cuba, Haití y otras islas cercanas.



La Santería influyó en la música cubana, tanto así que la percusión es una parte inherente de la religión.



Cada Orisha se asocia con los colores, las emociones, santos patrones de la iglesia católica romana y ritmos de tambor llamados Toques. En el siglo 20, los elementos de la Santería habían aparecido en la música popular y en las formas populares.



La música cubana tiene sus principales raíces en España y el África occidental, pero con el tiempo se ha visto influenciado por diversos géneros de diferentes países. Entre los países más importantes que influenciaron la música cubana están: Francia, los Estados Unidos, y Jamaica.



La música popular cubana es muy diversa y han sido influenciados por diferentes culturas. La unión de los pueblos españoles, los esclavos de África, y el resto de las poblaciones indígenas del Caribe creando diferentes estilos musicales en todo el Caribe.



En Cuba el hip hop y rap es uno de los nuevos géneros musicales y es popularmente la más aceptada por los jóvenes. Inicialmente, el hip-hop fue rechazado por el país a causa de su afiliación a los Estados Unidos y el capitalismo.



A medida que la juventud cubana y los raperos ponían su propia letra y estilo el gobierno dejó de asociar la música con el materialismo. En Cuba el hip-hop eventualmente se convirtió en la voz de una nueva generación.



Esta música representa una nueva forma (para la juventud cubana) de expresar sus propias ideas sobre los contextos políticos y sociales. Sus letras contienen mensajes que obligan a las personas a reflexionar sobre la raza y la identidad en Cuba.



En esencia, en Cuba el hip-hop se puede considerar la revolución de esta nueva generación que se crió en la isla después de la caída de la Unión Soviética y el comunismo, donde "los rebeldes utilizan letras, no armas de fuego" y que "los soldados son raperos y sus misiones son combatir la pobreza y el racismo".[1]



Deporte



El béisbol o "pelota", como se le llama comúnmente en el habla cotidiana, se convirtió en el deporte nacional aproximadamente a mediados del siglo XX, ganando importantes eventos a través de los años, de los cuales se destaca el segundo lugar obtenido en el primer Clásico Mundial de Béisbol.



El Boxeo se ha convertido también, después de la "pelota", en el deporte preferido de los cubanos, logrando también importantes triunfos.



Por otro lado, el fútbol no está tan desarrollado en el país, pero día a día gana nuevos fanáticos y mayor terreno en la popularidad cubana.



El atletismo es otro de los deportes de mayor fuerza en Cuba, siendo un escalón importante en los torneos internacionales, especialmente las Olimpiadas, y teniendo como una de sus figuras más representativas al varias veces campeón y recordista mundial Javier Sotomayor. Debido a restricciones impuestas por el gobierno de la Isla a los deportistas, y a ciertos desacuerdos con varios países (especialmente con Los Estados Unidos), los deportistas cubanos no pueden pertenecer ni firmar contrato con ningún equipo o club extranjero, motivo por el cual muchos de ellos deciden quedarse o emigrar(bajo riesgo de destierro) hacia otros países, buscando mejores oportunidades.



Cabe destacar que cada año Cuba auspicia a los mejores atletas entre 11 y 16 años en los juegos inter- escolares para que continúen su formación deportiva.



Alimentos



Un libro de racionamiento llamado libreta está hecho para garantizar un rango de productos, sin embargo, aún hay escasez masiva e incluso el tiempo de entrega de las raciones no está garantizado.



El colapso de la Unión Soviética en 1991 finalizó con las importaciones de granos de ese país, que era utilizado para alimentar el rebaño y pollos. Desde 1991 carne, pollo, leche y huevos se volvieron escasos.



La falta de gasolina para la maquinaria agrícola implicó que las cosechas tuvieron que hacerse manualmente (por las personas), disminuyendo dramáticamente las capacidades de producción de alimentos de Cuba.



Estos problemas han mejorado un poco en años recientes, pero la escasez aún es común. Para complementar sus raciones, los cubanos recurrieron a tiendas de alimentos no racionalizadas (en las cuales los precios superan por mucho los de la libreta), o al mercado negro.



La comida cubana tradicional es, como casi todos los aspectos culturales de este país, una fusión de las cocinas Españolas, Africanas y del Caribe, con una pequeña pero sobresaliente influencia China.



Los platos más populares son los frijoles negros, estofados y carnes. Un ejemplo de la cocina tradicional Cubana, es el congrí como es llamado, arroz con frijoles negros. El congrí utiliza muchos aderezos diferentes, unos de los más comunes es el ajo. Casabe, arroz, granos, huevos, tomates, lechuga, pollo, yuca, carne y cerdo son ingredientes muy comunes.



El café es de gran calidad y se cultiva sobre todo para exportaciones.



Religión



En Cuba la política sobre la religión ha cambiado mucho desde 1959.



Originalmente, de acuerdo con Karl Marx en uno de sus tratados "La religión es el opio del pueblo", de tal forma que religiosos cubanos fueron perseguidos y les fue negado el derecho al empleo o la oportunidad de instruir la religión dentro de la educación cubana.



En la década de 1970, la relación entre el gobierno y las instituciones religiosas (especialmente la Iglesia Católica Romana) comenzó a mejorar.



En 1976, el Estado concede a los ciudadanos cubanos la libertad religiosa, con algunas restricciones, y en 1992, se modificó la Constitución para permitir la total libertad religiosa. Alrededor de un 25% de los cubanos de hoy son católicos.



Algunos católicos se han perdido las tradiciones, pero la iglesia ha importado la Navidad tratando de convertir a la mayor cantidad de cubanos al cristianismo.



Otra gran religión en Cuba es la Santería. La Santería es una mezcla de catolicismo y religiones tradicionales Yoruba.



Cuando los esclavos africanos llegaron por primera vez a Cuba durante los 1500, se les enseñó unas simples oraciones y se les bautizado por los españoles.



Los esclavos combinaron esta forma limitada de su catolicismo con las religiones tradicionales para crear la Santería, que sobrevive hasta el día de hoy.



Idioma



Al igual que ocurre con gran parte de América Latina, el español es el idioma oficial de Cuba. Después de la Revolución de 1959, el término "compañero / compañera", vino a sustituir progresivamente a los tradicionales vocablos de "señor / señora" como el título universal cortés de dirección para extraños.



Un número importante de afro-cubanos, así como los cubanos utilizan palabras mulato haitiano criollo. Haitiano criollo es el segundo idioma más hablado, y es hablado en Cuba por unos 300.000 hablantes aproximadamente.



Cuando se habla con personas de edad avanzada, o con extraños, los cubanos hablan más formalmente como un signo de respeto. Informalidades como tratar a un extraño como "mi corazón", "mi vida", o "cariño" son comunes.



Literatura



La literatura cubana comenzó a desarrollar su propio estilo en los primeros del siglo 19. Las principales obras publicadas en Cuba durante ese tiempo eran de un carácter abolicionista. Notables escritores de este género incluyen Gertrudis Gómez de Avellaneda y Cirilio Villaverde.



Tras la abolición de la esclavitud en 1886, el centro de atención de la literatura cubana se enfoco en la esclavitud. Temas dominantes de la independencia y la libertad se ejemplifican por José Martí, quien encabezó el movimiento modernista en la literatura latinoamericana.



Escritores como el poeta Nicolás Guillén se centraron en la literatura como la protesta social. Unos, como Dulce María Loynaz, José Lezama Lima y Alejo Carpentier trataron con carácter más personal cuestiones universales. Y otros, como Reinaldo Arenas y Guillermo Cabrera Infante, ganaron reconocimiento internacional.





FUENTE: WIKIPEDIA

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