13 dic 2009

La Basílica: un lugar de encuentro con la virgen morena



Por: Iván Escobar

El pequeño Waldo Daniel, de 11 meses enfundado en un traje de manta y sombrero de paja, parpadea en medio de un grupo de personas, mientras su madre Ana Fonseca, realiza la visita tradicional a La Ceiba.

La Basílica de Virgen de Guadalupe, conocida popularmente como La Ceiba , en Antiguo Cuscatlán, es el centro de devoción de la feligresía católica, en el marco de la conmemoración del día de la Virgen Morena.

El templo, consagrado a inicios de los 50´s, es el lugar de reunión de las familias salvadoreñas para agradecer a la Virgen de Guadalupe, por los favores y milagros recibidos en el último año. Cada 12 de diciembre, el lugar se vuelve un verdadero escenario de ofrenda y devoción católica.

La familia Fonseca, llegó desde tempranas horas de este viernes 11, a La Ceiba de Guadalupe, para rendirle gratitud de la salud del pequeño Waldo y en el marco del día de la guadalupana. El sol implacable y la multitud, hacen que por momentos Waldo Daniel, se sofoque y se distraiga.

De pronto, su sorpresa es mayor, al recibir las frías gotas de agua bendida, que Jorge Ávalos, diácono de la congregación Somasca, lanza desde una tarima cercana a las puertas del templo.

Al igual que la familia Fonseca, al lugar llegó desde Armenia, María Griselda Franco, con sus dos nietos Henry Fabricio y Luisa Osmar, de 3 y 4 años respectivamente; y su sobrina Sandra Elizabeth, de 4 años. Llegaron desde tempranas horas, provenientes de Armenia.

Esperanza y Lesly Martínez, madre e hija respectivamente, llegaron al templo para dar gracias a Virgen, por la salud de Alan Josue y Lesly Daniela.

Estas madres y abuelas aseguran que la fé y la devoción, son los principales motivos por los cuales están presentes cada año, y tratan de inculcar esta tradición a las nuevas generaciones.

Los salvadoreños de todas partes del país, incluso aquellos residentes en tierras lejanas, acuden para ser partícipes de la festividad en honor a la virgen Morena. Familias enteras, padres con sus hijos en brazos y con vestimentas indígenas, son los principales visitantes de este templo, que año con año recobra esta tradición religiosa.

Las festividades recuerdan la fecha en que la Virgen de Guadalupe se manifestó en el cerro del Tepeyac, en México, en el año de 1531, cuando la imagen se le presentó al indígena Juan Diego.

La imagen milagrosa quedó impresa en un ayate (manta de fibras de maguey que los indígenas utilizaban para cubrirse) y continua como "un diálogo incomparable con la feligresía católica" según los clérigos.

Se dice que fueron cinco las apariciones de la Virgen: tres de las cuales en el cerro del Tepeyac frente a Juan Diego, una en la "tilma" o "ayate" y una más al tío de Juan Diego, quien reveló el nombre con el cual se le conoce en la actualidad a la Virgen.

La humildad y devoción son las principales características de los seguidores de la virgen Morena, venerada con cariño y fidelidad, por los milagros que concedidos en los casos más difíciles.

Por estas fechas no faltan los testimonios de personas que recuerdan que sus abuelos o padres inculcaron en ellos la tradición de visitar, cada 12 de diciembre, este templo, o de los milagros en salud, que expresan muchos padres en favor de sus hijos, quienes los ofrecen ante la imagen de la Guadalupana, en agradecimiento.

Los documentos hablan de que Juan Diego obedeció las peticiones de la Virgen, llevando mensajes como: "transmitir a Juan de Zumárraga, obispo de México en esa época, el deseo de que se levantara una iglesia en su honor". La tilma, en la cual la Virgen estampó su imagen, es la que hoy supuestamente se conserva en la Basílica de Guadalupe, en la ciudad de México, lugar que en América Latina es reconocido como la cuna de la devoción a la virgen María. Las dimensiones de esta imagen son de 1.65 metros de alto por 1.05 metros de ancho.

Entre muchos, uno de los documentos principales de los cuales se ha tomado el relato de las apariciones es el conocido como el de: "Nican Mopohua", relato indígena originalmente escrito en náhuatl en el siglo XVI.

Una tradición que trasciende fronteras

La Basílica de Guadalupe, en México, es en el continente americano, el lugar con mayor número de feligreses cada año. El templo fue erigido en las faldas del cerro Tepeyac, tal y como dicen los textos históricos, a petición de la patrona de México.

Se dice que la primera iglesia fue construida en el siglo XVI, y por hundimientos de suelo fue inhabilitada. Posteriormente fue erigida una "nueva Basílica", en el mismo cerro, entre 1974 y 1976, a pocos metros del antiguo templo.

Cuenta con fastuosos detalles, como los 8,000 metros cuadrados de techo, fabricado con lámina de cobre verde mar, que imita el color del manto de la Virgen.

Además, tiene una capacidad acorde a los devotos que la visitan normalmente (10,000 personas).

"El 12 de diciembre, la Lupita es venerada por millones de fieles. En 2003 fueron más de cinco millones quienes acudieron al norte de Ciudad de México, al Tepeyac", de acuerdo a estadísticas que se conocen en el sitio de Internet del templo.

En El Salvador, esta devoción no es ajena, el lugar de adoración es la Basílica de Guadalupe, no tiene una apariencia tan imponente como el templo azteca, pero es considerado por muchos "el punto neurálgico" del catolicismo en esta nación.

De acuerdo a la tradición católica, un templo denominado basílica equivale a tener un reconocimiento de la Santa Sede , y el cual es otorgado a las iglesias de gran importancia, con detalles únicos. "En este caso, tener como patrona a la Virgen de Guadalupe", advierten los religiosos que administran el templo.
La historia tomada del escrito del indio Nican Mophua

A continuación se recuerda un extracto de la historia tomada del escrito del indio Nican Mophua del XVI:

- Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a clase de catecismo y a la Santa Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó que le llamaban de arriba del cerro diciendo: "Juanito, Juan Dieguito".

Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?... sabe y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive; del Creador cabe quien está todo; Señor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo, para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa pues yo soy vuestra piadosa madre; a ti, a todos vosotros juntos los moradores de esta tierra y a los demás amadores míos que me invoquen y en Mí confíen; oír allí sus lamentos, y remediar todas sus miserias, penas y dolores.

Y para realizar lo que mi clemencia pretende, ve al palacio del obispo de México y le dirás cómo yo te envío a manifestarle lo que mucho deseo, que aquí en el llano me edifique un templo: le contarás puntualmente cuanto has visto y admirado y lo que has oído... Hijo mío el más pequeño; anda y pon todo tu esfuerzo" .

Precisamente estos hechos, son los que cada año los devotos de la Guadalupana , recuerdan. Participando en las diferentes del templo en Antiguo Cuscatlán, que van desde procesión, misas, visitas, ofrendas y sacrificios en honor a la virgen María. Este sábado el templo esta colmado de miles de personas, que llegan a adorar a madre de Dios.

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