22 nov 2008

Los cohetes hay que prohibirlos en este país






Fachada de la cohetería en Ciudad Delgado. Foto:Iván Escobar



Texto y fotos: Iván Escobar


Las tragedias parecieran ser el pan de cada día en El Salvador, y es que además de padecer los acostumbrados problemas sociales, las humildes familias de este país continúan sufriendo la negligencia de autoridades y personas que continúan respaldando una de las actividades que más odio y que espero algún día se logre erradicar.

Me refiero a la industria pirotécnica, que en el país ha dejado a miles de afectados a lo largo de nuestra historia más reciente. Y este fin de semana no ha sido la excepción, cuando otra cohetería estalló y dejó como saldo: un joven muerto, varios lesionados, cuantiosas pérdidas materiales en viviendas del municipio de Ciudad Delgado, al oriente de la ciudad capital.

Poderosas explosiones se dejaron sentir alrededor de las 7:30 de la mañana de este sábado, producto de manipulación de equipo eléctrico que según primeras versiones de los bomberos, pudo haber sido el origen para que explotará una viviendo que contenía grandes cantidades de producto pirotécnico (cohetes) empaquetado y pólvora que ocasionó un incendio de grandes proporciones.

Bombero realiza trabajos para erradicar el incendio de este sábado, en Ciudad Delgado.


La escena era dramática, el local de lo que un día fue la cohetería, y horas después se especificaba que era sólo una sala de venta, dejaba al descubierto la magnitud de cuatro grandes explosiones que antecedieron el siniestro, que afectó con la onda expansiva a viviendas aledañas que sufrieron daños en ventanales, techos y paredes.

“Estos es una tragedia, viera visto como temblaron estas casitas”, dijo una mujer con evidentes signos de nerviosismo y que tiene su vivienda a escasos metros de la cohetería.

Y alertaba a algunas personas a tener cuidado, porque en otra de las viviendas del mismo pasaje de la colona Villatoro del municipio, se sacaban tambos de gas licuado, de otra casa que operaba como deposito. “Imagínese si el incendio hubiera llegado hasta acá, que nos hubiera tocado”, apuntó la mujer, mientras se percataba que estuvieran bien los suyos.

Pero este hecho no es nuevo, y es que la dimensión de estas explosiones daban para pensar que los daños humanos hubieran sido mayores, en otras oportunidades se han originado explosiones en las mal llamadas “coheterías clandestinas”, que por lo general operan en medio de comunidades o colonias populosas, y que los inadecuados procedimientos para elaborar cohetes, desencadenan en grandes tragedias.

Aunque es de reconocer que la industria como otras es parte de las necesidades de la gente y falta de empleos dignos, que lleva a muchos a dedicarse a trabajos de riesgo y que repercuten en grandes grupos poblacionales. De ahí que las autoridades tanto locales como gubernamentales tienen responsabilidades, por no controlar y sobretodo prohibir la existencia de estos negocios en medio de comunidades urbanas.

Y es que a pesar de la infinidad de hechos que hemos sufrido, aun no hay planes que regulen o de una vez por todas saquen de la industria esta práctica, que además cada Navidad o Fin de Año, empañan la alegría con los incendios, quemaduras graves en adultos y niños, aunque este último grupo es y sin duda seguirá siendo el sector más vulnerables a los mal llamados “cohetillos”.


Varios cohetes quedaron esparcidos por calles aledañas, en Ciudad Delgado.




Pero lo que si esta claro, que al final quienes sufren las consecuencias son los de siempre, hombres honrados, que luchan por un dinero, sin importar muchas veces la vida de inocentes, e ir acabando lentamente con nuestra sociedad. Ojala y estos hechos hagan reaccionar a los disque nuevos funcionarios que luchan ahora en campaña para evitar esta “diversión” y de una vez por todas se veten los cohetes y fuegos artificiales que tanto daño nos han hecho.

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