23 ago 2008

“Hay capítulos de la vida más amargos que dulces”: Jaime Ascencio

IVÁN ESCOBAR

Periodista de Diario Co Latino

(*)



De hablar pausado, una mirada aguda, pensamientos críticos y anhelos grandes por la literatura y el periodismo, son las características que identifican a Jaime Ascencio, un joven escritor salvadoreño.

Ascencio a sus 39 años de edad, y originario de Santiago Texacuangos, es autor de tres libros, ganador de varios premios de prensa, y sobretodo como él mismo se define “amante de la literatura”.

Lo cual se ve reflejado en su último libro titulado: “Pétalo Amargo” publicado hace menos de un mes y el cual ya esta dando de que hablar.

Conversamos recientemente con Ascencio, quien además de escribir es periodistas, y que asegura es una de las profesiones que mejor se complementa con la literatura, mundo al cual incursionó cuando escribió su primer libro de poesía: “Dos Voces y un Ayer” y un segundo libro: “Un mañana hoy”.

Ascencio esta convencido que escribir un libro en El Salvador, “es un esfuerzo grande” y sobretodo se deben superar muchos obstáculos para lograrlo.

De hecho no le gusta llamarse escritor o poeta, dice que esos títulos se ganan con el tiempo, pero sobretodo dedicándose al mundo de las letras con objetivos definidos.

“Comencé escribiendo por hobby...hoy me he tomado la literatura con seriedad. Veo esto como la oportunidad de dar insumos para contribuir al desarrollo”, precisa.

Con una familia que le ha brindado su apoyo pleno, Ascencio que por cierto esta desempleado desde diciembre de 2007, cuando le fue negada la renovación de su contrato en Radio Cadena Cuscatlán, dice que esta ha sido una de las pesadillas que aun no supera, pero que la literatura le permite desvanecer.

Aunque ha ganado el caso de demanda contra el Estado, al comprobarse un despido arbitrario, dice que el problema funda mental es que sus propios colegas lo han tratado de invisibilizar.

Desde la trinchera de la literatura, y pese a los atropellos que ha sufrido, este joven escritor no pierde las esperanzas de volver un día a las salas de redacción, y desarrollar el reporteo diario, contacto con las fuentes, horas de cierre, en fin vivir en el mundo del periodismo.

No obstante, por ahora esta plenamente interesado en lograr perfeccionar su técnica literaria y continuar plasmando sus ideas en las páginas de la historia, específicamente brindándole consejos y compartiendo sus experiencias con los lectores, en particular las nuevas generaciones.

Su despido y actual desempleo, no han sido barreras para desarrollarse, de hecho su último libro nace en medio de una coyuntura económica difícil para él y su familia.

“Aquí como me vez me ha tocado endeudarme”, añade y luego deja escapar un respiro de satisfacción, para indicar que “hay capítulos en la vida más amargos que dulces”.

Él al igual que otras personas ha enfrentado problemas serios, por ello este último libro refleja muchas de las historias que ha acumulado a lo largo de su vida y los más de diez años de ejercicio periodístico.

“La idea que siempre nos venden es para ser felices, pero muchos de los capítulos de la vida son más amargos que dulces. Y aun para llegar a la cima se sufre mucho”, indica.

Y agrega que “todos los seres humanos somos un pétalo de esta flor que se llama tierra…la ilustración de la portada del libro refleja la amargura de la vida, de un grupo de indigentes que están por la Cruz Roja…”.

Tras reiterar que es algo similar a lo sucedido con su despido, que muchos han tratado de ignorar pero al final es una realidad que enfrentamos los periodistas, quienes no gozamos del respeto pleno de nuestros derechos.

Pétalo Amargo, es un libro que contiene 53 historias, muchas de ellas relatadas a forma clara sobre temas propios de nuestra realidad, algo que hoy en día los escritores deben explotar, opina. No centrarse en escribir historias alejadas de la realidad, sino compartir historias, experiencias que al final “sirvan como un insumo”, reitera.

“De algo me van a servir, me hacen reflexionar”, me han comentado algunas persona, lo que según Ascencio es la principal satisfacción.

Tomando en cuenta que “un libro te permite expresar tus pensamientos, tus visiones. No escribo para que se lea por leer sino que la gente se identifique con los textos busco”, indica.

Otra de las dificultades que ha tenido Ascencio en los últimos dos años para lograr concluir este libro, es la falta de apoyo tanto del Estado a los escritores salvadoreños y la falta de consideración de las librerías.

Estas últimas considera que deberían dar una oportunidad de ingreso en el mercado a los nuevos escritores, ya que a veces los porcentajes que piden a cambio de tener en las salas de venta los libros, no esta al alcance de los interesados.

De parte del Estado, pide que por lo menos se retome la literatura nueva, para incluirla en los programas educativos. Esto insiste daría un respaldo importante a la “sangre nueva que escribe…desde luego sin dejar de lado a los clásicos. Pero de lo contrario los libros que leímos nosotros los seguirán leyendo nuestros hijos, nietos, etc.”, puntualizó.

“Escribí Pétalo Amargo con un único fin, sacarme una espina que me duele. Esto de ver, oír y callar me ha causado un cáncer moral, difícil de soportar. Como digo en uno de mis artículos alguien debe decir lo que ocurre…”, ha dejado plasmado Ascencio, en su nuevo libro.



(*)Artículo publicado también en Suplemento Tres Mil


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